Sus amigos

Donald Trump

Donald Trump, el virtual candidato presidencial republicano en el 2024, encabeza la agenda xenófoba del Partido Republicano. En junio del 2015, Trump lanzó su primera campaña presidencial atacando a los latinos y a los inmigrantes, afirmando que México estaba “enviando gente que tiene muchos problemas, y ellos los traen a nosotros. Están trayendo drogas. Están trayendo crimen. Son violadores”. Trump continuó su ataque durante toda su campaña de 2016, toda su presidencia y ahora en su campaña de 2024, después de perder las elecciones de 2020 e incitar una insurrección.

Además, pinta a los inmigrantes como villanos promoviendo las teorías conspirativas de ‘invasión’ y ‘gran reemplazo’ pese a que los últimos ciclos electorales han demostrado que se trata de una estrategia perdedora. Sus mítines están llenos de estereotipos negativos y odiosos, que incitan a sus votantes a deshumanizar a los inmigrantes y sus familias. Ha prometido deportaciones masivas y poner fin a la ciudadanía por nacimiento. Ha descrito a los inmigrantes como «no humanos», repitió la retórica nazi de que los inmigrantes están «envenenando la sangre de Estados Unidos”, y utilizó la retórica del «baño de sangre» como un llamado a la violencia para justificar el rechazo de cualquier resultado electoral que no lo favorezca.

Esta retórica no es nueva y ha sido central en algunos de los momentos más oscuros de la historia mundial. Los dictadores Adolf Hitler y Benito Mussolini utilizaron un lenguaje similar para influir a la población y así justificar horrores indescriptibles. Para la campaña de Trump, imitar esta retórica no es una coincidencia, sino más bien un plan estratégico diseñado para invocar temor y caracterizar negativamente a los inmigrantes para justificar acciones que pueden conducir a la violencia contra comunidades marginadas.

Trump sabe que sus mentiras y alarmismo sobre la frontera sur y los inmigrantes es una de las estrategias centrales de su campaña y su base. Cuando el Senado propuso un proyecto de ley fronterizo bipartidista que contenía muchas de las políticas restrictivas que los republicanos han estado exigiendo, Trump rápidamente lo denunció en sus redes sociales, diciendo que es “un gran regalo para los demócratas y un deseo mortal para el Partido Republicano”.

Los republicanos hicieron lo que se les dijo y mataron el proyecto de ley a pesar del alarmismo con el que repetidamente describen las condiciones en la frontera. Desde entonces, Trump y los congresistas republicanos siguen atacando a sus oponentes políticos en materia migratoria a pesar de rechazar su propio proyecto de ley, y repiten el lenguaje extremista nativista blanco para infundir miedo en torno al tema para movilizar a su base de cara a las elecciones generales de noviembre.